A veces me cuesta creerlo: hace un año ya desde que PROXIMA salió por primera vez.
Parece que fue ayer cuando la vi nacer, tomar forma y sustancia a partir de lo que había sido apenas una idea.
El deseo de sacar una revista estaba desde hacía tiempo, pero era un deseo vago, como decir: “qué lindo que sería ganarse la lotería”, por ejemplo. Sin embargo un buen día empecé a ver que podía hacerse, que no era algo tan lejano, que las posibilidades materiales estaban a nuestro alcance. Que insumiría mucho trabajo, eso seguro, y que hacerla como queríamos hacerla no iba a ser fácil, pero que no era irrealizable.
A partir de entonces sólo hubo un rumbo posible.
Y es que si uno se encuentra ante la oportunidad de concretar aquello que anhela, que piensa que le abrirá las puertas a un mayor y mejor aprendizaje, no puede dejar de hacerlo.
Este proyecto se concibió desde un principio como una familia en expansión, como una casa de puertas abiertas, como un espacio de encuentro, de creación y difusión, donde el “objeto revista” es la representación material y el reflejo o testimonio del proceso que se da detrás de ella. Y para mí es un placer comprobar cada día el crecimiento de ese proyecto, un crecimiento lento pero sostenido.
Sin prisa pero sin pausa va sumándose gente nueva: escritores, ilustradores, distribuidores...
La familia PROXIMA crece.
Por eso los animamos a hacer sentir su presencia, porque todos y cada uno de los que forman parte de esta familia —como colaboradores, como lectores, como amigos de la casa— tienen algo que sumar.
Hágannos llegar sus opiniones a través del correo de lectores o del blog de la revista.
Participen en la difusión de lo que hacemos: si la revista les gusta, coméntenla, recomiéndela, regálenla; no van a quedar mal.
Tomen un rol activo en la continuidad y crecimiento del proyecto.
Estamos entrando en nuestro segundo año y todo está por hacer.
Sean parte de la construcción de ese futuro que ya está frente a nosotros.
Laura Ponce
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