Hace unos días, mirando el contenido de este número antes de cerrar la edición, recordé la tarde lejana en la que el coordinador de un taller literario, a quien yo le había dicho que me interesaba escribir Ciencia Ficción, me respondió: “¿Para qué? No hay nada más que decir sobre eso; es obvio que después de “
El contenido de este número es clara evidencia de que aquella afirmación de que el tema “estaba agotado” no podía ser menos cierta.
Y también lo es la mera existencia de PROXIMA.
Porque esa existencia se sostiene en la convicción de que, además de la rica tradición que la antecede, hay hoy por hoy una interesante y variada producción en
Con éste, completamos los cuatro números del primer año, y mirando hacia atrás podemos decir que hemos vivido días interesantes, llenos de desafíos y nuevas experiencias, de asumir riesgos y de confirmar que valía la pena hacerlo; ha habido uno que otro sinsabor, es cierto, pero el saldo final es muy positivo y nuestros anhelos están intactos.
Emprendimos este proyecto con el deseo de generar un espacio nuevo y diferente, con el deseo de llegar a un público distinto y de lograr que cada vez más gente quisiera participar.
Es una alegría ver que, sin prisa pero sin pausa, eso está sucediendo.
Como una primavera, que una vez iniciada no puede volver atrás.
Por esa razón, no se dejen convencer por los que —desde hace mucho, mucho tiempo— vienen profetizando el fin o el sin sentido de esto que tanto nos gusta.
¿Cómo podría ser un tema agotado?
Lean, piensen, escriban, debatan, mantengan la mente abierta; todavía hay mucho por decir y por hacer dentro de
Laura Ponce
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