En biología, se le llama Evolución al conjunto de transformaciones o cambios a través del tiempo que ha originado la diversidad de formas de vida que existen en
En filosofía, es la doctrina que explica todos los fenómenos, cósmicos, físicos y mentales, por transformaciones sucesivas de una sola realidad primera, sometida a movimiento intrínseco.
Podría decirse que es una forma de entender el proceso de
Es un concepto complejo e interesante, y ha sido planteado en
Richard Mc Kenna, en “Regresa, cazador”, describe una forma de vida zoofita de alcance planetario cuya existencia pacífica y sin cambios se ve alterada por la llegada de humanos, que pretenden erradicarla para replantar ese mundo con especies terrestres. El cuento narra el modo en que la forma de vida “evoluciona” debido a su interacción con los humanos, narra el modo en que ese agente dañino se vuelve catalizador e ingrediente en el proceso mediante el cual la zoofita alcanzará un estadío más complejo y superior (es una simplificación reprochable de un cuento sobre el que podrían escribirse monografias, pero me parece que sirve para ilustrar el ejemplo).
El punto es que no resulta fácil ver venir esos cambios, identificar esos catalizadores o predecir el efecto que han de provocar. Puede ser que como humanos nos hallemos en este momento a punto de subir al próximo escalón evolutivo. Pero es casi imposible pensarlo como un cambio que afecte a unos pocos y no al total de la especie.
Cuando vemos testimonio de los logros humanos (la exploración espacial, el mapeo del ADN, las grandes obras arquitectónicas) lo que contemplamos no es la obra de humanos sino de
Hemos trascendido nuestro lugar biológico como miembros de una especie para conformar sociedades y culturas, que a su vez interactúan y se realimentan. Hoy más que nunca la humanidad es un ente global, con individuos más relacionados y comunicados que en cualquier otro momento de la historia. La tecnología avanza más rápido que nuestra capacidad de adaptarnos a ella. Somos testigos, artífices y sujetos de cambios cada vez mayores, cada vez más rápidos. Es fácil sentir que estamos siendo llevados a un lugar que no comprendemos. Es fácil suponer que podría no gustarnos aquello con lo que nos encontremos una vez allí. Pero detenernos no parece ser una opción.
Nuestro destino es seguir aprendiendo y cambiando.
Nuestro destino es ir más allá.
Por supuesto que los seres humanos seguimos evolucionando, entendiendo, como tu señalas, la evolución como cambio. Cierto es que ya casi no estamos sometido a la ciega selección natural, que la evolución como la entendió Darwin no tiene mucho que decir sobre el futuro de los hombres. El caso es que de una forma totalmente excepcional hoy hay una especie sobre este planeta que es capaz de influir, y en gran medida decidir, su propio camino evolutivo. Si metemos la pata, no le podemos echar la culpa a la selección natural. El cambio es inevitable y diría, inminente. Lo que surja del proceso de aceleración tecnológica al que estamos sometidos (por nuestra propia decisión), ya sea un mundo de abundancia y bienestar para todos, o uno de esclavitud y extinción, no lo podemos predecir, es cierto, pero somos nosotros los que tomaremos las decisiones que nos lleven a uno u otro desenlace... No podemos darnos el lujo de tomar esas decisiones bajo miradas cortoplacistas y en ignorancia de sus posibles consecuencias.
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ResponderEliminarHola, Rodrigo. Ese es justamente el tema del artículo sobre Singularidades que Jorge Korzan escribió para este número de la revista. Acabo de subir un fragmento en otra sección del blog:
ResponderEliminarhttp://revistaproxima-fragmentos.blogspot.com/2011/03/singularidades-de-jorge-korzan.html
A veces da vértigo pensar en el abanico de posibilidades que se abre ante nosotros, pero tenés razón: todo va a depender de las decisiones que tomemos ahora.
Bueno, tu sabes, soy lo que Korzan llama un fan de la Singularidad ("Una en un Millon" es mi particular opinion de como ocurrira), y un lector tanto de Vinge como de Stross. Este ultimo es un verdadero apologista de la singularidad, con conceptos que, aunque creados por primera vez hace una decada, siguen mostrando las infinitas posibilidades que se abren del otro lado de la singularidad.
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