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sábado, 19 de mayo de 2012

PROXIMA 13 - VERANO



La expresión en inglés para “enamorarse” es to fall in love, cuya traducción literal podría ser: “caer(se) en el amor”. Ser arrastrado por una fuerza tan indiscutible como la gravedad.
En Imago, el  tercer libro de la saga de  Xenogénesis, uno de los  personajes de Octavia Butler dice:“Era como si una parte de mí, largo tiempo amodorrada, largo tiempo fuera de mi alcance, hubiese regresado ahora y, en mi incrédula bienvenida, ya sólo fuese capaz de sumergirme en ella”.
Esa pulsión por buscarnos en el otro y a la vez alimentarnos de lo que tiene de diferente, por unirnos y reinventarnos, por consumirnos y construirnos de nuevo, ajustándonos a su deseo, ajustándolo al nuestro, queriendo entregarnos y a la vez ser libres, queriendo devorar y ser devorados, en un gozoso combate que desearíamos continúe por siempre…
Bajo su influjo, somos como exploradores en tierra extraña, como militantes de un elusivo misterio en una aventura siempre renovada, con la curiosidad siempre a flor de piel, reelaborando símbolos, ideando códigos, construyendo significados para una lengua nueva, por caminos que a menudo mezclan alegría y angustia en extrañas proporciones.
Y somos frágiles. Pero nos sentimos más fuertes y capaces que nunca.
La mirada de aquel al que amamos parece darnos entidad, confirmar nuestra existencia.
En las muchas formas del amor, el vínculo se reinventa, se aparta de los convencionalismos, sigue sus propias normas, se alimenta de la complejidad de las emociones, y se apresta a vencer las tormentas que lo quieran abatir.
Porque a veces se trata de nada menos que eso, de sobrevivir.
Pensar que, allá lejos en el tiempo, al principio de todo, las diferencias parecían tan grandes, parecía tan improbable llegar a algo, y sin embargo… 
Cada día se me hace más claro que el universo nos cría y el viento nos amontona, pero no lo hace sin sentido. Es como estar vibrando en las mismas frecuencias, atraernos hacia una sensibilidad en común. Y, por fin, encontrarnos.   
Vernos.
¿Cuánto de eso es química, en el sentido más literal del término? ¿Cuánto obedece a feromonas y neurotransmisores? ¿Cuánto es animalidad y cuánto, construcción intelectual? ¿Cuánto de armar una pareja o una relación depende de dinámicas sociales que nos han inculcado o que arrastramos en nuestra memoria genética?
De algún modo, cuando protagonizamos este milagro, tales preguntas se vuelven triviales. 
Porque lo importante es lo que este sentimiento nos hace, cómo nos cambia y nos reafirma, y el modo en el que se manifiesta en nuestras acciones.
Con este número estamos entrando en el cuarto año de PROXIMA, de esta revista que es también reflejo y fruto del amor, del amor que los artistas, escritores e ilustradores, han puesto en cada una de sus creaciones, del amor de los lectores que realmente se han involucrado con el proyecto y lo han seguido y apoyado, y del amor de quienes la han hecho posible, lidiando con la realidades del mundo, protegiendo e incentivando este sueño para que pudiera convertirse en realidad, crecer y sostenerse hasta hoy.   
Sin ustedes, y principalmente sin vos, nada de esto hubiera sido posible. Gracias.

Laura Ponce

* La imagen es "Iniciación", de Flavio Grecco

PROXIMA 12 - PRIMAVERA


Lo que más le impresionó a Winston fue que el orador dio el cambiazo exactamente a la mitad de una frase, no sólo sin detenerse, sino sin cambiar siquiera la construcción de la frase. (...) Oceanía estaba en guerra con Asia Oriental; Oceanía había estado siempre en guerra con Asia Oriental, cuenta George Orwell en “1984”
Por el engaño, decía Bolívar, se nos ha dominado más que por la fuerza.
Porque las herramientas menos obvias de la dominación son quizás las más efectivas.
En la novela de Orwell se habla de la Policía del Pensamiento, pero también de la neolengua, una adaptación del idioma en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el siguiente principio: Lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.
Del algún modo, eso sucede también con la percepción de la realidad: si algo se niega durante suficiente tiempo, o se afirma la suficiente cantidad de veces, puede instalarse en el pensamiento individual o colectivo hasta volverse indistinguible de la verdad, hasta que esa versión sesgada parece la única posible.
Es notable el efecto que esto ha tenido en la elaboración del relato que es la historia (una versión concensuada del pasado), y en el modo en que esa reconstrucción (recordar es siempre reconstruir) afecta el presente. Si el proceso del almacenamiento y recuperación de recuerdos es complejo en individuos, mucho más en sociedades, y mucho más si hay intereses creados respecto a orientar las voluntades de tal o cual manera.
Nuestra única defensa es el pensamiento crítico, la actitud no complaciente, tratar siempre de cuestionar y de observar la realidad que se nos presenta desde diferentes puntos de vista, estar más atentos y no dejarnos manipular, no “comprar” cualquier cosa, no importa de quién venga.
Es como entrenar un músculo.
Debemos perfeccionar nuestra resistencia en la misma medida que se refinan los mecanismos del engaño. Más, de hecho, si queremos prevalecer.
Debemos transformar esa resistencia en un esfuerzo activo.
Debemos no sólo ser testigos sino también actores de nuestro tiempo.
Incluso si no estamos de acuerdo ni nos hallamos cómodos en ella (quizás sobre todo en ese caso) debemos ser capaces de leer y comprender la realidad en la que estamos inmersos. ¿De qué otro modo, si no es conociéndola, podríamos plantearnos la tarea de transformarla?
Esa resistencia activa se basa en no aceptar mansamente lo que nos parece injusto, es no entregarse a que “las cosas son como son”, es luchar sobre todo contra la noción de que no pueden ser cambiadas, de que no está en nosotros la fuerza ni la capacidad de hacerlo.
Esa resistencia se trata de comunicarnos, de debatir e intercambiar información, de buscar y construir alternativas.
Esa resistencia es dar batalla, del modo que podamos, desde donde podamos.
Es seguir creyendo que vale la pena.
Es, aunque todo parezca estar en contra, no darnos por vencidos.

Laura Ponce

* La imagen es "Guerrera" de Reiq.